viernes, noviembre 15, 2024
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El dengue vuelve con fuerza: expertos y autoridades sanitarias alertan sobre un verano más difícil que el anterior

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Hoy es el Día Internacional de Lucha contra el Dengue. El ministro bonaerense Nicolás Kreplak advirtió que la próxima temporada podría ser “muy grave” ante la falta de coordinación nacional. Mientras tanto, el Ministerio de Salud de la Nación anunció la compra de 160.000 dosis de vacunas y la puesta en marcha de un plan integral de prevención.

El dengue volvió a ser noticia la semana pasada. No porque haya habido un aumento de casos —aunque se conoció que por segunda vez consecutiva hubo circulación del virus todo el año en el norte del país— sino porque el ministro de Salud bonaerense, Nicolás Kreplak, dijo que la próxima temporada de dengue “se va a venir probablemente muy grave” y aseguró que “cada provincia establece sus criterios ante la falta de una coordinación nacional” lo que “va a ser desquiciante para la población”.

Por su parte, desde el Ministerio de Salud de la Nación —en una conferencia con la Red Argentina de Periodismo Científico de la que participó elDiarioAR— anunciaron diferentes acciones que llevarán a cabo en el marco del Plan de Abordaje Integral de Dengue que incluyen un trabajo articulado con autoridades provinciales y municipales, una campaña de comunicación en redes y medios y la compra de 160.000 dosis de vacunas contra el dengue.

Para analizar el comportamiento de esta enfermedad se establece como temporada desde la semana epidemiológica 31 de un año hasta la semana 30 del siguiente, periodo en el que se acompaña el ciclo vital del vector transmisor: el mosquito Aedes Aegypti. De acuerdo al último Boletín Epidemiológico, la temporada pasada (desde el 2 de agosto de 2023 al 29 de julio de 2024) tuvo 583.297 confirmados, 1.638 casos graves y 419 fallecidos, lo que representa una letalidad del 0,072%. Cifras que marcaron un récord histórico de la enfermedad en el país, cuyo Día Internacional de lucha contra el dengue se conmemora hoy. 

De cara al verano las pregunta es inevitable: ¿vendrá otra ola de esa magnitud? ¿Volverán a estar las guardias de los hospitales con personas sentadas en los pasillos con 39 grados de fiebre? ¿Se conseguirá repelente? ¿La vacuna será gratis? Algunas pistas sobre lo que puede deparar el futuro.

Temporada 2023-2024: una incógnita

“El dengue solía tener un comportamiento con brotes importantes cada tres o cuatro años y con periodos sin casos. En 2020 habíamos tenido un brote muy importante que coincidió con el inicio de la pandemia por Covid-19. Lo que está pasando en Chaco desde hace un tiempo es que tenemos casos durante todo el año, es decir, se volvió una enfermedad endémica”, cuenta a elDiarioAR la médica infectóloga María Laura Lescano, directora del Hospital Perrando de Resistencia.

Esa circulación viral durante toda la temporada, que tiempo atrás era atípica, hace dos años que se repite, y no sólo el Chaco: según el último Boletín Epidemiológico, la semana que terminó el 10 de agosto, además de la localidad chaqueña de San Fernando, también registraban casos los departamentos formoseños de Pilcomayo, Pilagás, Patiño y en el Capital provincial.

“Lo informado respecto a circulación en Formosa y Chaco, similar a lo ocurrido en el invierno 2023, más algunos estudios filogenéticos, sugiere fuertemente la circulación endémica en, al menos, esas provincias aumentando el riesgo de un brote/epidemia en el verano. La magnitud, es decir, la cantidad de casos y localidades afectadas, depende en parte en los serotipos circulantes o que se reintroduzcan, el clima, las acciones que se realicen en prevención, entre otros factores”, señala por su parte el Esteban Couto, médico infectólogo del Hospital Marta Schwarz, de Puerto de Iguazú, Misiones.

Para Couto, de la interrelación de todos esos factores dependerá cómo se presente la próxima temporada: “Es un punto de discusión e investigación los sistemas de alerta temprana de epidemia en dengue. En general se analizan algunos indicadores. Uno es el riesgo vectorial, o sea la cantidad de mosquitos Aedes que hay en la comunidad. En esto tiene mucha influencia el clima, el ambiente y las acciones en el territorio”, detalla.

Y continúa: “Los años donde el fenómeno climático de El Niño está presente se suelen asociar con condiciones climáticas favorables para la proliferación del mosquito por las intensas lluvias. En ese sentido, se espera que cambie esta condición que se dio durante 2023 y 2024”. 

Por otro lado, el especialista explica que “la circulación persistente en invierno implica que no se precisa de un nuevo ingreso del virus desde el exterior lo que representa un riesgo aumentado de epidemia. Igualmente, si la población fue ampliamente expuesta a ese serotipo en la comunidad, el riesgo de un brote de magnitud disminuye por haber menor cantidad de personas susceptibles de infección. Distinto sería en caso de ingreso de otro serotipo”.

Aquí hay que recordar que se denomina “dengue” a una enfermedad causada por cuatro virus: Den-1, Den-2, Den-3 y Den-4. En los últimos años han circulado en Argentina y en la región los serotipos 1 y 2. Entonces, si se introdujera un nuevo serotipo toda la población volvería a ser susceptible.

“Si no llega un nuevo serotivo a una localidad donde hubo muchos casos el año pasado es probable que no haya un brote de magnitud; pero pueden ocurrir brotes importantes en localidades o provincias donde no hubo circulación en los últimos años”, advierte.

Fuentes de la cartera sanitaria porteña también presentan dudas respecto a cómo vendrá la nueva temporada: “Sabemos que el dengue generalmente hace picos muy altos y luego por dos o tres temporada epidemiológicas la cantidad de casos es menor. Sin embargo, lo que pasó en la Ciudad de Buenos Aires en 2023 y 2024 fue que tuvimos por primera vez dos años seguidos de un nivel alto de infecciones”, describen a elDiarioAR.

Y explican que “no existe un sólo motivo que explique el cambio, aunque entre las explicaciones más destacadas aparecen el calentamiento global, la importante cantidad de lluvias y la conversión del norte argentino que pasó a ser una zona endémica donde hay casos todo el año; todo eso impacta en la Ciudad”.

Ahora bien, ¿qué pasa si una persona que ya tuvo dengue vuelve a infectarse?

“Existe un fenómeno denominado Exacerbación Inmune Mediada por Anticuerpos (ADE del acrónimo en inglés), que implica que aumente la gravedad en personas que hayan tenido un episodio de dengue previo. No obstante, la letalidad de dengue es de menos de 5 cada 10.000 casos notificados, menor al de otras enfermedades epidémicas. De hecho, los países que presentaron brotes consecutivos con distintos serotipos han tenido aumento en casos graves en algunas ocasiones, pero no es que la mortalidad haya aumentado muchísimo más”, dice Couto.

La respuesta del Gobierno nacional

El Ministerio de Salud de la Nación presentó en mayo un Plan de Abordaje Integral del Dengue para la temporada 2024-2025. El foco del plan es “sostener las medidas de prevención y control territorial del vector durante todo el año”, una tarea que en la práctica termina ejecutándose a nivel local. Además, puso en marcha una mesa de trabajo con los ministerios provinciales (que el jueves tuvo su primera reunión formal) y anunció que realizará una Campaña de Comunicación destinada a la prevención durante el invierno.

“Lo central en esta etapa es generar conciencia en la población para que no se generen criaderos y que el mosquito no llegue a eclosionar”, expresó durante la conferencia que se realizó la semana pasada con la Red Argentina de Periodismo Científico Leonardo Busso, secretario de Calidad en Salud, quien acompañó al ministro Mario Russo en la reunión brindando los datos técnicos.

En lo que respecta a la atención de los pacientes se puso en marcha la Red de Referentes Clínicos provinciales y la Guía de Lineamientos para la reorganización de los servicios de salud en situaciones de brotes o epidemias de dengue.

“Desde Nación queremos hacer ese reordenamiento, recordarle al municipio que, por ejemplo, tiene el recurso del Programa Sumar. Nosotros queremos ser capilares con incentivos económicos con una lógica básica que es que la atención primaria puede resolver el 90% de los problemas sanitarios. Entonces pondremos los recursos ahí”, dijo por su parte Russo.

Y precisó que “el Programa Sumar tiene como efector operativo a los municipios; se trata de un plan virtuoso porque paga por prestaciones y el Municipio tiene que demostrar que dio la prestación; dentro del Sumar está la prevención del dengue, de hecho incluye el análisis de laboratorio, entonces nuestro desafío es que el municipio utilice ese recurso, porque las provincias tienen que estar focalizadas en otras cosas”.

Más allá del tema dengue, el titular de la cartera sanitaria hizo hincapié en la necesidad de mejorar los datos dentro del ámbito de la salud, lo que incluye desde un registro más preciso de las vacunas aplicadas a la notificación en tiempo y forma de un caso de una enfermedad que requiere su registro: “Lo mejor que podemos tener son los datos, con eso podemos sentarnos en cualquier mesa y explicar la situación, por qué se gastó, en qué se gastó y cuáles fueron los resultados”, enfatiza.

Consultado sobre qué pasará con los repelentes, Russo recordó la explicación que recibieron por parte de las compañías en relación a las dificultades para la importación pero, advirtió, que cuando comienza a haber escasez de algo “la gente va y compra muchísimo, y cuando se dispara eso no hay ecuación que cierre”.

Respecto a la próxima temporada, detalló que “el Estado nacional no va a comprar ni fabricar repelentes pero mantuvo reuniones con las principales compañías para facilitarles bajar costos y agilizar procesos para la entrada del producto”.

Si bien una y otra vez dejaron en claro que la principal herramienta de prevención es evitar la presencia del vector, Busso informó que el Estado nacional compró 160.000 dosis de la vacuna Qdenga que se aplicarán desde septiembre a jóvenes entre 15 y 19 años de los departamentos del NOA, NEA y Centro del país (de Córdoba, Santa Fe y Entre Ríos) que hayan tenido una mayor incidencia de casos (más de 4.200 infecciones notificadas cada 100 mil habitantes).

“El objetivo es disminuir la morbimortalidad y por eso se elige ese segmento, donde también se tiene en cuenta el acceso a la salud y otras variables. Además, con la aplicación de estas dosis vamos a hacer un seguimiento para participar del ensayo clínico de fase 4 de la vacuna”, contó el secretario de Calidad en Salud.

En tanto que Russo aclaró, “algunas provincias anunciaron la compra de vacunas, desde el Ministerio nacional apoyamos esa decisión”; en ese sentido, cada jurisdicción informará los criterios de aplicación, que es a lo que apuntaba el ministro bonaerense Kreplak cuando dijo que esa información puede ser “desquiciante” para la población.

“Eliminar el mosquito”, he aquí la cuestión 

“Actualmente la recomendación para la vacuna TAK-003 (Qdenga) es para personas entre los 4 a 60 años, con mayor beneficio para algunos serotipos (Den-1 y Den-2) y para los que ya tuvieron dengue previamente. A la fecha los distintos estudios demostraron su seguridad. En Argentina, la vacuna está aprobada por ANMAT sin límite de edad superior por lo cual podrían aplicarse mayores de 60 años, aunque no hay evidencia científica sobre esta población”, detalla el infectólogo Couto.

En ese contexto, la indicación sobre si darse o no la vacuna dependerá de lo que indique el médico o médica de cabecera y la posibilidad de pagarla: el valor de cada dosis supera los 90 mil pesos.

Pero —a diferencia de lo que sucedió con otras enfermedades como Covid en el que las vacunas cumplieron un rol clave— en el dengue la clave está en otro lado: “Lo que tenemos que hacer en materia de prevención es mejorar y garantizar que la educación sanitaria pueda llevarse a cabo”, asegura por su parte la infectóloga Lescano desde Chaco.

Y concluye: “La población debe saber cómo no aumentar los criaderos del vector, descacharrizar, hay que poner en marcha los planes de trabajo en conjunto y articulaciones con el sistema sanitario y autoridades; si se logra reducir los criaderos no habrá mosquitos; sin mosquito no tenemos circulación viral, no tenemos pacientes infectados, no tenemos aumento de la demanda ambulatoria, ni menos internados graves, así que ese es el inicio de todo; hay que ir por ahí y esta es la época del año para hacerlo”.

NC/JJD