Es cada vez más común escuchar quejas por el alto valor de los 0km. “Hoy es imposible acceder a un auto”, es un comentario que surge en cualquier charla. Más allá de la sensación que se tenga, la realidad muestra que no es un juicio equivocado.
En los últimos dos años, la cantidad de salarios que se necesitan para comprar un vehículo nuevo, prácticamente, se duplicó. Mientras que a comienzos del 2020 se requerían 19,8 sueldos para llegar a un 0km chico, en la actualidad se necesitan 34,5%, el nivel más alto de los últimos años.
Los datos surgen de una relevamiento realizado por el SIOMAA, que sistema de estadísticas de la asociación que agrupa a las concesionarias (ACARA). El cálculo se realizó sobre un modelo chico, de alrededor de $2.500.000, y una sueldo promedio de $72.464.
Hay que tener en cuenta que el trabajo se llevó a cabo en base a los precios de lista oficiales, pero en el mercado se manejan otros valores debido a la falta de unidades. Los sobreprecios son algo habitual y, si bien se siente más en los segmentos más altos, afecta a casi toda la oferta.
Por ese motivo, es lógico estimar que la cantidad real de sueldos requeridos es mayor, por lo que, comparado con dos años atrás, se ubican en el doble de los que se necesitan hoy.
Desde hace al menos dos años, los 0km vienen aumentando por arriba de la inflación. Sólo en 2021 tuvieron un ajuste promedio de más del 70%. Los salarios corren de atrás, aún los de los sectores que lograron mejor ajuste de paritaria.
En tanto, la inflación también tuvo un incremento menor. Es por eso que la relación salarios vs precios se agravó para los compradores.
Si la comparación se realiza con años anteriores, el resultado es más marcado. En 2019, se necesitaban 17,4 sueldos promedio para adquirir un modelo como el Volkswagen Gol, mientras que en 2018 – el mejor año para los consumidores – hacían falta sólo 11,2 sueldos.
En esos años, la sobre oferta de vehículos que llegaban de Brasil hizo que el mercado estuviera colmado de bonificaciones.
Las causas que llevan a esta pérdida del poder adquisitivo de los salarios en relación a los precios de los autos, son varias.
La principal tiene que ver con la fuerte reducción de la competencia como consecuencia del cepo importador. De un mercado que tenía 70% de oferta de 0km que llegaba del exterior, en 2019, se pasó a otro donde se divide en partes iguales con los modelos nacionales. Incluso, el mes pasado, los patentamientos de 0km producidos en el país superaron a los importados. Esto se traduce en listas de espera que llegan a siete meses en algunos modelos.
Ante este desabastecimiento, las marcas vienen recomponiendo márgenes de rentabilidad, que se refleja en la fuerte suba de los precios.
El otro factor importante es la brecha cambiaria. Con autos que fijan sus valores en base a la cotización oficial, quienes tienen ahorros en dólares y los venden en el cambio “blue”, obtienen un poder de compra mayor que presiona sobre la demanda.
Este comportamiento dispar entre precios y salarios está impactando en el volumen de operaciones. El primer bimestre de este año se ubica por debajo de igual período del 2021. Esto no es por falta de demanda, sino de oferta.
Fuente: Ámbito